Pan y circo proclamaban los antiguos romanos cuando, impulsados por su ímpetu evangelizador-civilizatorio, querían mantener a sus súbditos en calma, alejados de pensamientos hostiles o ligados corrientes nefastas y anti-naturales como el anarquismo, el punk, el K-pop o el octubrismo, cuyas pérfidas acciones aun mantienen nuestro PIB por el suelo, y a nuestros bien amados empresarios con un temor profundo ,que les impide invertir en los magníficos proyectos que solo ellos pueden ejecutar.
Teniendo en cuenta este método arquetípico de regir nuestros destinos, es que nos atrevimos a revelar una rama no explorada en la infame conspiración jureloide: la relaciòn entre los deportistas, el control de las masas, y la secta submarina antes mencionada.
Futbolistas, tenistas, atletas o incluso jugadores de rayuela, hipnotizados por la fama, el placer y la riqueza que, a manos llenas, reciben por su labor anestesiante, no han dudado en vender su musculatura privilegiada a los infames Jureloides, sin considerar que su momento de gloria solo será un efímero instante y que luego de su paso por el olimpo, sus cuerpos turgentes y aceitados no serán otra cosa que despojos inútiles, cáscaras desechadas por la rueda infinita del consumo inmediato y la urgente necesidad de levantar nuevos ídolos, esclavos serviciales del control mental, compañeros silenciosos de las criaturas marinas que con toda la perversa intención, nos lavan el cerebro al ritmo de los cánticos domingueros.
Nosotros, luchadores permanentes de la causa anti jureloide, una vez mas, ponemos nuestra tecnología de punta y la información que poseemos, al servicio de la humanidad que sin saberlo transita a su casi segura extinción, un poco a la fuerza y otro poco voluntariamente, manipulada por la danza de millones que los seres submarinos aportan, de sus propios bolsillos, para, si no es por la fuerza, esclavizarnos mediante el falso sentido de pertenencia y la Pseudo seguridad que no da una camiseta de colores rimbombantes.
Imágenes explícitas de ídolos deportivos de ayer y hoy, reclutados por la secta del jurel:
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